CORAZONES PERDIDOS
domingo, 28 de julio de 2013
viernes, 26 de julio de 2013
CORAZONES PERDIDOS
Corazones perdidos.......... cuando rebasamos los 35 (por poner una edad aproximada) y ya hemos vivido la juventud donde existía la inocencia, los sueños, la idealización y tocamos el amor con las divinas mariposas en el estomago, después pasamos a una etapa difícil de vivir en cuanto al corazón se refiere.
Ya hemos dejado o sido dejados...., ya sabemos lo que es sufrir el desamor y nos protegemos.... , hemos perdido la frescura, llevamos experiencias y vivencias a las espaldas y ya es mas complicado sentir esas mariposas.
Nos debatimos entre la relación a través del sexo, donde no hay ataduras, mantenemos nuestra independencia, nuestro espacio vital y no creamos ningún vinculo... o la relación de pareja, algo mas estable que nos da miedo, mucho miedo, porque nadie esta dispuesto a sufrir, miedo a perder la libertad, miedo a la rutina, miedo a las ataduras con otra persona.
Al final deambulamos solitarios, buscando calor ajeno, porque lo necesitamos, aunque lo neguemos, todos necesitamos querer y ser queridos. Y ya no se sabe si buscamos sexo, rellenar el hueco emocional o sentirnos deseados y queridos por otr@s.
Si a todo esto le sumamos las diferencias que existen entre hombres y mujeres, la cosa se complica, me niego a creer que somos iguales en el comportamiento sexual o de pareja, tenemos necesidades diferentes, ni mejores ni peores, simplemente diferentes.
Y ya no digamos la diferencia generacional, de mi generación hacia arriba donde los valores inculcados y la educación recibida no comulga en nada con la forma de vivir y actuar en este terreno de las generaciones mas jovenes.
No quiero con esto hacer critica absoluta de nada, porque todo es respetable , pero si me gustaria conocer opiniones de otras personas al respecto.
Ya hemos dejado o sido dejados...., ya sabemos lo que es sufrir el desamor y nos protegemos.... , hemos perdido la frescura, llevamos experiencias y vivencias a las espaldas y ya es mas complicado sentir esas mariposas.
Nos debatimos entre la relación a través del sexo, donde no hay ataduras, mantenemos nuestra independencia, nuestro espacio vital y no creamos ningún vinculo... o la relación de pareja, algo mas estable que nos da miedo, mucho miedo, porque nadie esta dispuesto a sufrir, miedo a perder la libertad, miedo a la rutina, miedo a las ataduras con otra persona.
Al final deambulamos solitarios, buscando calor ajeno, porque lo necesitamos, aunque lo neguemos, todos necesitamos querer y ser queridos. Y ya no se sabe si buscamos sexo, rellenar el hueco emocional o sentirnos deseados y queridos por otr@s.
Si a todo esto le sumamos las diferencias que existen entre hombres y mujeres, la cosa se complica, me niego a creer que somos iguales en el comportamiento sexual o de pareja, tenemos necesidades diferentes, ni mejores ni peores, simplemente diferentes.
Y ya no digamos la diferencia generacional, de mi generación hacia arriba donde los valores inculcados y la educación recibida no comulga en nada con la forma de vivir y actuar en este terreno de las generaciones mas jovenes.
No quiero con esto hacer critica absoluta de nada, porque todo es respetable , pero si me gustaria conocer opiniones de otras personas al respecto.
Tanto optar por estar sol@ es una opción tan valida como tener pareja (entendiendo por pareja todo tipo de relación estable entre dos personas que establezcan sus pactos de convivencia)
Ahyla González
martes, 23 de julio de 2013
Escrito por:
Alberto Barradas
Alberto Barradas
Iniciaré con una posición obviamente debatible pero para mi imbatible: hemos glorificado el sexo y banalizado el amor. No es una queja es más bien una especie de revelación de cómo se bate el cobre en estos tiempos. El amor a la carta está dentro de los menús sentimentales de quienes habitamos en este siglo, escogemos en base a las propuestas que se nos presentan y generalmente somos adictos a enredarnos con los que no nos convienen, pero no importa, next. Viene el otro y como vaya viniendo vamos viendo, parafraseando al célebre Eudomar Santos.
No es que el amor ya no exista es que solo lo usamos como excusa para el dolor porque si algo no ha cambiado con el paso del tiempo, es la sempiterna sufridera por amor, lo cual es muy incongruente ya que de la forma como nos relacionamos es más sexual que amorosa, pero vamos, el amor siempre se abre camino, para menester de las baladas y los románticos.
Hoy el sexo lo encontramos igual en un comercial de pasta de diente que en uno de zapatos, es lógico ya que el sexo con alguien con dientes sucios y con pies feos realmente no es agradable, pero también es verdad que se la pasan metiéndonos sexo por todos lados. El sexo vende, como todo lo que da placer, ya lo sabemos, pero nadie quiere tener sexo todo el tiempo, ¿o sí? Ábrase el debate.
Lo que sí es cierto es que desde que se nos hizo fácil el asunto de hacer el amor y no la guerra, el sexo se ha convertido en la nueva religión donde Dios es hembra y se apellida Canales, y los discípulos son todos los que la critican pero no dejan de ver sus fotos. Ya nadie se excita viendo besos en la televisión, a menos que venga con sexo incorporado, y miramos fijamente la pantalla para ver si esbozamos un picón o un pezón de la famosa protagonista, de la cual no importa si es excelente pero sí que esté buenota.
Las mujeres siguen queriendo su príncipe azul y los hombres su virginal madre y ama de casa pero eso solo bien oculto ya que por fuera ellas dicen que no hay hombre y ellos, bueno ya sabemos, viendo las fotos de la Canales. El amor se fue de casa pero su hijo pródigo, el sexo, se quedó. Ahora pareciera que para enamorarnos tenemos que primero ir al sexo, lo cual no es malo pero si neo paradigmático, me disculpan la palabra dominguera pero es Domingo cuando estoy escribiendo esto.
Quizás yo sea un psicólogo pragmático o un poeta sin talento pero lo que sí es verdad es que a pesar de que tengamos sexo mil veces sin amor, el sentimiento más sublime que acompaña nuestros deseos paradisíacos de felicidad es ese que lamentablemente llamamos amor, y digo lamentable ya que aquellos que hemos estado o estamos enamorados sabemos que es una piche palabrita que encierra el significado más hermoso de la humanidad, pero mientras nos llega, mejor tenemos sexo, ¿verdad? A menos que seas virgen a los 30 y hagas mucho dinero escribiendo un libro sobre eso, obviamente.
Lo cierto es que el sexo manda hoy día, la gente va más veces a hoteles que a tribunales para divorciarse, y hoy cuando alguien se casa le damos el pésame pero nadie podrá negar que cuando en todo este panorama nos toca, ese bicho infantil con alitas ridículas y terrible puntería llamado Cupido, definitivamente nos damos cuenta que el amor es maravilloso, doloroso, poético, apasionado y humano, divinamente humano.
ARTÍCULOS José Luis Cano Gil - Psicoterapeuta y Escritor | |
¿Amor, enamoramiento o sexo? La mayoría de gente cree que amar es fácil, que todo el mundo saber amar, que sólo hay que hallar la persona "adecuada" para que el amor surja automáticamente sin el menor esfuerzo o requisito por parte de nadie. También se supone que si hay "química", "enamoramiento", "pasión", entonces eso es precisamente el amor ideal. Y asimismo se afirma que el amor/romance suele ser efímero, que la rutina mata el amor, que la infidelidad destruye el matrimonio... Por no hablar de la eternas ideas sobre la "media naranja, el hombre/mujer de mi vida, el amor de mi vida, el primer amor", etc. ¿Qué hay de cierto en todas estas teorías? ¿Nos ayudan a amar o, más bien, nos confunden y dificultan nuestras relaciones amorosas? Desde el punto de vista de la psicología psicodinámica y el crecimiento personal, podemos hacer algunas distinciones muy precisas.1. El amor. En primer lugar, tal como se expone en otros artículos (1), debemos entender el amor genuino y maduro como un vínculo psicofísico entre dos o más personas, gracias al cual éstas pueden crecer y desarrollar lo mejor de sí mismas. Es decir, cualquier relación que no nos ayude a sentirnos mutuamente más sanos, adultos y libres no debería ser considerada "amorosa". Naturalmente, el amor sólo es posible sobre la base de grandes cantidades de confianza, madurez y compromiso mutuos, lo que a su vez requiere que hayamos superado mínimamente nuestronarcisismo infantil. No podemos amar si no podemos ver, respetar e incluso ocuparnos de los problemas de los demás. ¡Amar es cosa de personas mayores! El amor no es, así, un mero sentimiento, ni un deseo, ni un placer, ni una obsesión. Se trata, en definitiva, de una capacidad, un talento, un arte que depende directamente de nuestra salud y madurez psicológicas.2. El enamoramiento. El enamoramiento no tiene nada que ver con el amor. Enamorarnos significa simplemente identificarnos y/o idealizar en extremo a alguien, que generalmente representa lo que nosotros ya somos consciente o inconscientemente, o quisiéramos ser. También es una forma de sublimar determinados sentimientos y carencias: deseo sexual, soledad afectiva, vanidad personal, etc. En otras palabras, solemos enamorarnos precisamente de las personas que representan o satisfacen nuestras cualidades y deseos ocultos, en un momento dado. El enamoramiento es, en otras palabras, ¡una expresión o proyección de nuestro propio narcisismo! Por eso, cuanto más egocéntrica, inmadura o insatisfecha es una persona, tanto más enamoradiza suele ser, y más intensos y breves suelen ser sus romances. El culto a la "pasión" de estas personas, siendo básicamente una droga para evitar las relaciones maduras y responsables y, en última instancia, una forma de escape de sus problemas neuróticos o de la vida misma, sólo demuestra su incapacidad de amar.3. El sexo. Se trata, obviamente, de un juego extremadamente placentero y divertido. Pero el sexo, como todos sabemos, no es amor, ni produce amor, ni va ligado necesariamente a amor alguno. El sexo es un accesorio, una forma de placer narcisista que puede acompañar, o no, a cualquier forma de relación humana. Por tanto, ninguna actividad sexual, por muy apasionada que sea, nos ilustra lo más mínimo sobre el amor real entre las personas.Con estas breves definiciones, ya podemos comprender fácilmente que:El enamoramiento no es una prueba de amor, sino justamente lo inverso: una fantasía narcisista sin profundidad ni relevancia algunas.Sólo cuando termina el enamoramiento puede comenzar la verdadera relación amorosa, si la persona está capacitada para ello.El enamoramiento inicial no garantiza la calidad ni duración de la relación amorosa posterior.Para amar o formar pareja no es indispensable enamorarse.El sexo no compra, ni pacta, ni asegura, ni demuestra nada. Sólo es un juego.La rutina y la infidelidad no matan al amor sino al revés: cuando la relación -o la personalidad- se deterioran, entonces surgen la infidelidad o la rutina.La calidad y duración de la relación amorosa dependen de la afinidad/compatibilidad emocional y la salud/madurez psicológica de las personas.
© JOSÉ LUIS CANO GIL
Psicoterapeuta y Escritor |
jueves, 11 de julio de 2013
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